Oración del día



29 de mayo de 2022

Señor:

Hoy me siento como el vástago que arrastra el río crecido.

Soy el que sufre esa turbulencia sin poder decir cuando cesará su afán de golpearme y aumentar la angustia que crece como volcán. Esa violenta fuerza arrebató la sonrisa de mis labios. Pero en ti me refugio y comienzo a sentir serenidad a medida que medito tus palabras y preceptos.

Me doy cuenta de que eres un Dios vivo. Sé que escuchas mis plegarias y cuando, ni siquiera lo espero, me respondes. Pero me pides fe y paciencia para que puedas realizar en mí los milagros que te pido. Perdóname por exigirte respuestas inmediatas. Perdóname por no aceptar el silencio en que me hablas. Estoy enseñado a convivir con la algazara y con el ruido. Por eso a veces pasa el día sin que me acuerde de ti y te llame a caminar conmigo. Pero hoy deseo que entres en mi vida y la hagas florecer. Tú eres un Dios vivo y de ti fluyen los manantiales de la salud y de la vida. Tú puedes devolverme la sonrisa y anegar mi casa de bendiciones. Que hoy sea un día para decir a todos que tú eres mi guía y salvador. Que la angustia desaparezca y que tu presencia real ilumine mis acciones. Que en ellas mis hermanos vean que tú eres un Dios de vida y acoges a quien a ti se acerca. Que hoy en mi ser se hagan realidad tus palabras de misericordia: levántate y anda.  Amén.        

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