Historia de un caballo

 En Historia de un caballo, el escritor ruso León Tolstoi critica la obsesión de poseer que tienen muchas personas que se creen superiores pero se mueven en un nivel ridículamente rastrero. Lo hace a través del protagonista, el caballo de nombre «Patizanco»:

«...Lo que nunca he logrado entender es el comportamiento de los hombres, esa raza animal tan extraña a la que tan ligada está nuestra suerte...¡Son raros! Nunca pude comprender el significado de la palabra propiedad y muchísimo menos entendí que yo....pudiese ser considerado propiedad de un hombre... La verdad es que cuando oía, refiriéndose a mí, a un potro vivo..., cuando oía las palabras ´ mi caballo´ , me parecía todo tan tonto y tan raro como si yo dijese, por ejemplo, ´ mi yerba´... o ´ mi aire´... o ´ mi agua´ ».
«Mío... mía... míos... Estas son las palabras que más se me han grabado en la vida... Al principio me hacían mucho daño...Luego, ya menos... Porque luego llegué a la conclusión de que los hombres, en su vida, le dan mucha más importancia a las palabras que a las obras... Creo que lo que más les interesa no es la posibilidad de hacer o no hacer una cosa, sino hablar y hablar y hablar de lo que ya existe llamándole ´mío´ y ´ mía´...».
«Y lo que es peor: hay hombres que llaman suyos a otros hombres que ni siquiera conocen, pero a quienes hacen sufrir una y otra vez». «...Año tras año (...) yo sólo he visto a los hombres acumular esas propiedades, que llaman ´ suyas´ , y pensar solamente en su provecho personal»
Para finalizar una pregunta:
¿Por qué le parece «raro» al caballo que lo consideren como una pertenencia, una propiedad?


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