Oración del día
27 de diciembre de 2021
María,
en tus brazos reposa el que todo lo hizo. Sobre tu regazo, como el altar de los
cielos, brilla la Luz de los hombres. Te pedimos, dignísima Madre de Dios, no
rechaces a los que hoy nos acercamos al pesebre, con temor y asombro, a los que
buscamos con piedad el rostro de nuestro Dios, a los que llamamos a tu puerta
con amor para verle sonreír y llenarnos de su gozo. Te rogamos, Oh virgen pura,
que nos cubras con tu manto porque también somos tus hijos. En ti se han
cumplido las profecías y el Verbo se ha hecho carne en tus entrañas. Ahora eres
la zarza que antaño vio Moisés, y no te quemas (Éxodo 3,2). Tu existencia se
funde y se hace manantial en la de Dios. En tus manos arde el fuego que ilumina
a todo hombre que busca a Dios para cumplir sus mandatos. “Has llegado a ser
más virgen –e incluso más que virgen, porque eres virgen y madre. Te saludamos,
pues, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita eres tú entre todas las
mujeres y es bendito el fruto de tus entrañas.” Dile a tu Hijo, que cambie
nuestros corazones de piedra en corazones de carne. (Ezequiel 11:19,20) Que
tenga misericordia de nosotros y que nos enseñe a tener misericordia de los
hermanos que sufren nuestro egoísmo y nuestra falta de humanidad. Amén.
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