Oración del día
29 de diciembre de 2021
Padre Celestial:
¿Qué nos falta para ser felices? ¿Un
trabajo mejor, otra casa para alquilarla o un teléfono inteligente que dialogue
conmigo cuando me sienta solo? No, ¡eso nunca será suficiente! ¿Una buena
salud, una pareja cariñosa y trabajadora o unos amigos sinceros y atentos? ¡Eso
tampoco será suficiente! La verdadera felicidad está más allá de la vida terrenal.
Un hombre muy rico preguntó a Jesús cómo obtener la vida eterna, y en el
Evangelio leemos:
Entonces Jesús, mirándole, le amó, y
le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él,
afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Marcos
10:21-22)
La sociedad trata de hacernos creer
que la felicidad está en los bienes materiales. ¡Pero es falso! Sabemos por
experiencia que cuando se colma el deseo de la posesión se pierde el encanto y
salimos a buscar otro bien. Además, si nos aferramos a esos bienes, nuestro
corazón correrá el riesgo de alejarse de Dios. Para seguir a Jesús y gozar
junto a él la felicidad que anhelamos, debemos desprendernos interiormente de
nuestros bienes, tanto materiales como culturales, de todo lo que nos estorba o
nos impide seguir al Señor. Pero ¿dónde hallar el deseo y la fuerza para
hacerlo? En el llamado de Jesús para seguirle, en su amor que nos atrae hacia
él. El que mediante la fe responde afirmativamente al llamado de Jesús halla
una paz y una felicidad más profunda y grande que todas las alegrías de este
mundo. Nace de nuevo y vive del amor de Cristo, para seguir sus pisadas
sirviéndole cada día con humildad. Que hoy, Señor, nos des la sabiduría para
discernir y buscar los bienes que convienen a nuestra vida eterna. Amén.
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