Oración del día
7 de enero de 2022
Padre Celestial:
Te alabo y te reconozco como mi Señor y mi Dios. Gracias por darme la oportunidad de vivir y contemplar tus maravillas.
Perdona
que muchas veces equivocamos el camino. Preferimos andar por sendas que otros
hombres trazaron y nos vemos en lugares o nos rodeamos de personas que impiden
nuestro crecimiento espiritual. El camino es símbolo de relación. Indica la
cercanía entre seres humanos que se buscan y se acercan ya sea en el trabajo,
la familia, la ciudad, la vereda o transitan por los mismos lugares. A veces,
contrarios; otras, siguiendo el mismo sentido. En nuestro lenguaje diario lo expresamos,
aunque no seamos conscientes de lo que decimos: Te espero, pronto llego, voy en
camino, allá nos vemos, tú sabes el camino, si quieres ven a mi casa o yo voy a
la tuya. Si te vas, sabes que puedes regresar cuando desees.
El
camino da sentido a nuestra existencia. Explica nuestras acciones y nos llena
de esperanza saber hacia donde vamos. En la vida del cristiano el camino es
Jesucristo. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene
al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) El Hijo de Dios tomó el camino del calvario
con la cruz a cuestas para rescatarnos de las manos de la muerte. Al expiar nuestros
pecados nos concedió la oportunidad, si queremos, de seguir el camino hacia la
vida eterna. Depende de nosotros si aceptamos las enseñanzas y preceptos que Jesucristo
nos dejó. Hoy digamos como el salmista: “Oh Dios… Guíame en el camino eterno.” (Salmo
139:23-24) Amén.
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