¿Qué es el amor?
14 de febrero de 2013
Aunque
el amor es un tema recurrente en las conversaciones diarias y un objeto de
investigación de la psicología de todos los tiempos, el ser humano a veces no
reconoce que la raíz de sus mayores problemas es la perversión del afecto, es
decir, equivocadas formas de amar o la frustración, vale decir, las carencias
de amor.
Nadie
puede negar que la aspiración más profunda del ser humano es amar y ser amado.
Nacemos del amor, vivimos para el amor y muchas veces morimos sin amor. La
razón de ser de hombres y mujeres es la búsqueda constante del amor.
Pero
tampoco podemos negar que a lo largo del camino que conduce al amor hallamos
muchas confusiones. Son verdaderos espejismos de maneras de amar que sólo dejan
insatisfacciones y tedio.
Para
disipar esa neblina que impide que veamos el amor absoluto y verdadero los
seres humanos practicamos la reflexión y a través de ella llegamos a
definiciones que, aunque incompletas, al menos nos sirven como ideas guía
porque la realidad es que pasamos la vida buscando amor y muchas veces nos
alcanza la muerte sin hallarlo.
Cuántas
veces creemos que la emoción que causa el sufrimiento ajeno y nos produce lágrimas
abundantes es amor.
Qué equivocación
pensar que si alguien nos seduce con detalles y palabras es que nos ama, pero después
el tiempo nos convence de que sólo fuimos utilizados.
Algunas
ocasiones, extasiados ante la belleza del rostro y las formas esculturales del
cuerpo quedamos prisioneros de la turbación para después saber que esa persona
no tenía más cualidades que su apariencia y nos sentimos decepcionados y
terminamos por irnos de su lado.
Suele también
acontecer que confundimos admiración con amor y ante la elocuencia y el talento
caemos rendidos, mas el transcurrir de los días nos deja perplejos cuando nos
damos cuenta que no era amor lo que sentíamos por esa persona.
No
faltan las experiencias ajenas y recuerdos propios que nos muestran que de las
miradas furtivas, las caricias pasajeras y los besos clandestinos hicimos una
aventura que llenó de emociones el instante para luego sentir el
arrepentimiento de haber sido tan sucios. Fue en estas maneras de amar donde
experimentamos placeres a granel al poseer el cuerpo, pero éramos conscientes
de que el alma se hallaba distante y aburrida o simplemente no nos pertenecía.
Por todo
lo anterior deseo hoy de nuevo compartir lo que hace ya algunos años en una madrugada
escribí como respuesta a la pregunta qué es el amor y que forma parte de mi
libro Secretos de los triunfadores:
AMOR
No preguntes, ¿ qué es el amor?
Tampoco exijas que alguien te lleve a
su morada.
Muchos fracasan al intentar definirlo.
Porque el amor no es un concepto.
Los poetas dicen que su lenguaje es poesía.
Los pintores afirman que del amor conocemos sólo sus destellos.
Los sabios lo reducen a máximas.
Mujeres y hombres lo buscan y terminan por dudar de su
existencia.
El amor es invisible e inflama el corazón.
Es fuego que resplandece e ilumina
a ricos y pobres.
Es la fuerza que mueve el universo
y reside en el engranaje de las comisuras del alma.
Nace en los
parajes de la sinceridad;
crece bajo la lluvia de la comprensión;
se multiplica donde no lo marchitan la envidia ni el
egoísmo;
y muere donde los hombres se preocupan más por recibir
el efluvio de sus dones, que por amar de corazón, mediante el gozo de la
entrega
sin condiciones.
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